Octavio Correa, el protagonista de la novela La casa de los vientos (Lima, Casatomada, 313, pp.), de Gabriel Rimachi Sialer (Lima, 1974), vive la demolición de la casa familiar como una aniquilación de su asfixiante pasado, en el que creyó padecer un “destino tormentoso” (como si se cumpliera la maldición contra sus familiares que decretó la criada Antonia en la p. 33) de “un hombre marcado por la soledad, la humillación y el infortunio” (p. 308), conforme sintetiza su madre, instándolo a abandonar dicha creencia y rehacer su existencia:
“La pared tembló. Octavio sintió que todo su cuerpo también temblaba. Con el segundo golpe la pared se rajó y Octavio sintió que su cuerpo también se rajaba (…) pensó mientras otra de las paredes de la casona se venía abajo. Una nueva oportunidad para ser feliz (…) sobre los escombros de nuestra infancia” (pp. 312-313).
Concluye así la cadena de recuerdos que se apoderaron de él desde que su madre le anunció que había vendido la casa y que sería demolida en quince días. Un doloroso balance de los sufrimientos experimentados por su condición homosexual, víctima de la incomprensión y rechazo de su padre machista, del despiadado bullying escolar y de la homofobia tan generalizada en la sociedad peruana. Oculta su condición por miedo: “¡No es vergüenza! (…) ¡Es miedo (…) de que me vean y me señalen y me terminen de joder la vida!” (p. 202).

Fuera del Perú, casado con el canadiense Jules (quien evitó que se suicidara al saberse con SIDA), no ha superado los prejuicios peruanos: “eso que tú crees que está mal —le incrimina Jules— (…), eso que tú dices que es una adicción, para mí es algo normal y no voy a dejar de hacerlo en esta vida” (p. 305).
Con mano segura Rimachi Sialer aborda la “educación sentimental” de Octavio (y gran parte de la de sus padres), relacionándola con el contexto sociopolítico.
Se consolida así como un narrador relevante de la generación que se dio a conocer a comienzos del siglo XXI, con siete libros en su haber, más la antología personal El cazador de dinosaurios (2009) y tres valiosas antologías de cuentos peruanos.