Algunas galerías particulares aportaron lo suyo, pero en medio del languidecimiento del mercado es poco lo que han podido hacer. Vivimos tiempos de incertidumbre en los que hemos visto a muchos manipulados por muy pocos. En este ámbito hay que destacar a dos instituciones que han desarrollado una formidable labor: El instituto Cultural Peruano Norteamericano y el Centro Cultural Inca Garcilaso.
Otros centros como la Alianza Francesa desarrollaron una meritoria labor. La AF cuenta con Karin Elmore, una destacada gestora cultural. Son memorables las proyecciones de cine, las obras de teatro, danza y destacadas exposiciones como la de Juan Salas, Joyas Digitales de LA. New Art y el mejor concurso de nuestro país: Pasaporte para un artista. Al final presentaron, saludablemente, Los indeseables, de Kay Zevallos, una exposición selvática censurada en Iquitos. Difícilmente otra galería se hubiera atrevido a presentarla.
Otras instituciones no pudieron brillar como antaño. El Cultural Británico redujo sus actividades a pesar de tener a Lucrecia Ferreyros en la dirección cultural y a Sol Toledo a cargo de las galerías. Dos profesionales de altísimo nivel que se deben enfrentar a lo que luce como limitaciones directorales. Cuenta con una magnifica infraestructura que no está siendo aprovechada a plenitud. El CB tiene todo a su alcance para hacer una brillante labor y recuperar el impulso de antaño.

El mismo desconcierto se puede apreciar parcialmente en el CCPUC, otrora tan dinámico y hoy decaído. Se presumen radicales estrecheces católicas que restringen la oferta de años atrás.
Tampoco fue buen año para los museos. Hubo muy pocos atractivos tanto en el MALI como en el paupérrimo MAC. A esto se añadió un hecho vergonzoso: ambas instituciones, a pesar de su limitado horario, cierran al mediodía para refrigerio del personal. Es el único país —que conozco— que recurre a este pausa obligatoria.
De otro lado están el MUCEN (con un buen concurso) y la Pinacoteca. Buenas colecciones del Siglo XIX y una paupérrima oferta para todo lo realizado después del indigenismo. Por su parte el MET (Museo Metropolitano), a cargo de la Municipalidad de Lima, es prácticamente inexistente. Negligencias políticas han condenado al olvido a un espléndido edificio de ubicación estratégica.
A fin de año se inauguró el PLAM (Palacio de las Artes de Miraflores). Se aspira a que todo el edificio diseñado por Luis Miró Quesada Garland en 1944 sea el más importante centro cultural del país. Puede lograrse solo si los sucesivos alcaldes otorgasen el presupuesto requerido para su funcionamiento. No hay que olvidar lo ocurrido con la Municipalidad de San Isidro —el distrito más rico del Perú— y su deplorable desinterés por la cultura puesto de manifiesto en su centro mínimo.

ICPNA
Es la institución privada de mayor actividad en el Perú. Tiene una sobresaliente dirección cultural en Alberto Servat y el encargado de las Artes Visuales, Charles Miro Quesada. El ICPNA tiene cuatro espacios importantes en Lima, distribuidos en Miraflores, el Cercado, San Miguel y la Molina donde funciona un Museo del Grabado que cuenta con menos asistencia de la debida. Su labor se expande a Ica e Iquitos.
Además de grandes exposiciones, acompañadas de un curador destacado, publican un contundente catalogo que son el mejor testimonio que existe en el Perú de nuestro arte contemporáneo. Realizan un muy buen concurso multidisciplinario, festivales de danza, jazz y teatro.
Entre sus mejores exposiciones destacaron la antológica de Camandona, La casa y la fábrica, Antonio Páucar en Miraflores, Xilografías en gran formato en el Museo y algunas muestras curadas por Miguel López en San Miguel. Pueden redondear su tarea enviando al interior del país algunas de las grandes muestras limeñas.

CENTRO CULTURAL INCA GARCILASO
Es la institución pública de mayor importancia. Depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, lo que puede explicar la coherencia y el esmero de todas sus actividades. Ha tenido en Antonio Cisneros, nuestro gran poeta, un memorable director. Desde sus inicios ha estado Gredna Landolt, una notable curadora que ha organizado exposiciones de altísimo nivel.
Su intensa actividad es permanente y siendo una dependencia de nuestra Cancillería se posibilita la exhibición de muestras itinerantes. Sus salas no solo están dedicadas a las artes visuales, albergan también muestras bibliográficas bajo la curaduría de Ángela Luna, jefa de la Biblioteca. Son muy dinámicos en materia de cine, libros y conciertos. Tienen una magnifica propuesta cultural.

En el 2022 destacaron entre otras —Jochamovitz, Valdez, Guevara—tres muestras superlativas sobre la selva; Arte y futuro Shipibo, las fotografías de David Díaz Gonzáles, y, finalmente, Inin Niwe y el mudo puro de los seres eternos de Chonon Bensho, con bordados, ilustraciones, figuras recortadas en madera, y trabajo en mostacillas, a gran escala.
Junto a la de Antonio Páucar, esta fue la mejor muestra del año.
Nuestro reconocimiento a todos los mencionados.